martes, 28 de julio de 2015

Verdades de Twitter



Que no te engañen sobre los tuiteros,
Son diversos y muy sinceros,
Algunos gritan con las teclas,
Otros critican las novelas,
Los hay políticos empedernidos,
Tanto que quieren influir en los demás,
Aunque no falta la cuenta que la información quiere falsear,
Que no te vayan a cazar…

Hay quienes piden atención,
Otros buscan la proposición,
Para hacer algo en lo real,
Varios leen lo que no pueden ver,
Y otros buscan ver lo que leen.

No falta la parodia, graciosa,
Que hace de la pantalla un mundo,
Y existen tuiteros reales que parecen de mentira,
Dependiendo de tu visión de esta vida.

¿Quieres saber de un ruido?
¿No te explicas el tránsito poco fluido?
A lo mejor encuentras acá la respuesta,
Y dejas la actitud circunspecta.

Si la realidad está ahí, afuera,
Que Twitter sirva para incorporarla,
Traduce los diálogos en la acera,
Para que la sociedad sea una sola parcela.

viernes, 17 de abril de 2015

El hombre del maletín



Al calor de un café se juntan una indeterminada cantidad de personas en un lugar innombrable. Conversan animadamente, pero sin hacer escándalo. Uno enciende un cigarro albo, indescriptible. Otro saca su móvil, ajeado por el trajín.

La mesa final del bar escondido intimida con esos individuos de gomina y capa. Alguno usa lentes, pero a ninguno se le ven los ojos, producto de su mirada perdida o de amplias cejas. Los dedos de uno que se sienta en el costado de la cabecera hacen figuras que entrelazan las motas de polvo que deja ver el contraluz. Nadie afirma, pero se siente el acuerdo.

Cafés bebidos, cigarros apagados, el más alto descubre un maletín con un papel en su interior. El líder, en la cabecera, lo mira y entrecruza manos y pies. El más flaco y chico firma el documento con cara de susto y permanece hasta el final con tono de malestares estomacales. Luego, la banda se levanta, deja tres billetes encima del tablón y se retiran con gesto alegre.

(...)

Al otro día encendí el televisor para informarme de lo típico: fútbol y política. Ganó mi equipo y mi diputado atacó a una muy mala ley. Curiosamente, en las imágenes del fútbol vi a dos comensales del día anterior. Por las noticias, atrás de mi representante, a otros cinco.

Tengo clientes muy especiales.

jueves, 2 de abril de 2015

Humo

 
 
Recuerdo cuando se decía que el gobierno de Ricardo Lagos era "el mejor de la historia de Chile". La grandilocuencia de las obras públicas fueron su herencia más o menos permanente a un país que ha utilizado el modelo sembrado en el Régimen Militar para crecer. Con ese ímpetu zafó del caso MOP-GATE, puso a Insulza en la OEA y otorgó a Chile a quien continuaría su trabajo: Michelle Bachelet.
 
La famosa "Presidenta",  supuestamente dueña de un sinnúmero de cualidades personales, poco a poco fue desgranando lo que Lagos y sus compañeros sembró. ¿Qué salió de aquello? El Transantiago, carreteras caras, obras atrasadas, abusos contra los consumidores, crisis educacional.
 
El paréntesis de Piñera solo sirvió para exacerbar el odio. La amistad cívica se perdió al poco andar y siguió su curso descendente incluso después de terminar el gobierno, en 2014. El absurdo de elegir de nuevo a Bachelet daba cuenta de una falacia política insostenible, que es la de provocar reformas profundas sin peso, sin ideas y sin acuerdos.
 
¿Provocó el bacheletismo su propia crisis? ¿Creyó que podía cambiar Chile a su modo y que no habría respuesta? ¿Creyó que el "todo vale" era gratis? Pensaron que la popularidad era sinónimo de dictadura e inmunidad.
 
La crisis de confianza que hoy existe en Chile hace imposible un consenso real e ilegítimo un acuerdo parlamentario de gobernabilidad. No sería duradera cualquier reforma por el mismo odio latente. En última, las estrategias políticas del bacheletismo resultaron nefastas para sus propios objetivos. Son y siempre fueron solo "humo" insustancioso, basado en la concepción acomodaticia de la Historia, que traduce a los placeres en "libertades" y a sus accesorios en "derechos". Así, como no van a converger con personajes turbios como Ponce.
 
La turbiedad no tiene sector político sino vacíos morales. Cualquiera puede caer, pero nadie debe hacerlo. Por eso encontramos personajes de casi todos los domicilios políticos involucrados en líos. Al final, de patudo a patudo y medio. Como tribus, los frescos se acomodaron dentro del arco político y cosecharon "la hojarasca" para su propio pastel.
 
El horizonte se ve con humo.

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jueves, 5 de marzo de 2015

Hablamiento


A veces voy a escribir,
Bastante tengo que decir,
Contigo tengo una obsesión,
Decanto mi pensamiento en forma de canción
Es que me gusta que me crean con pasión,
Fuera que la tenga o no, da igual.

Gozan de su ilusión, pobrecitos,
Hurgan en sus ilusiones consumistas,
Imaginan el futuro de su gente,
Juntos respiramos el mismo aire,
Kramer podría respirar el de todos,
Levantamos a torpes personajes.

Manejamos irritados en los autos
Nuestro norte lo tiene otro,
Ñato le decimos a un ajeno,
Ordenados empiezan los potros,
Parten para correr como tontos,
Quinto no sirve llegar,
Respeto a la gente nos quisieron enseñar,
Sin embargo la mayoría busca embaucar,
Todos somos víctimas de ese incorrecto actuar.

Unidos en la vil hipocresia,
Vamos a conseguir una vil membresia,
Walter es un nombre hace tiempo no leía,
Xilófonos confunden a los niños hoy día,
Ya mismo nos seguimos perdiendo,
Zapateando, con polvo nos estamos cubriendo.

domingo, 1 de marzo de 2015

Kingsman: el servicio secreto



El otro día fui a ver la película "Kingsman: el servicio secreto"Es una propuesta intensa sobre un joven rebelde y desorientado que se refugia en la deuda de honor de un agente secreto privado con su fallecido padre para salir de sus problemas. Finalmente, oh sorpresa, termina salvando al Mundo. Para eso, curiosamente, debe ir en contra de los intereses de los líderes democráticos mundiales, incluido el Presidente de EE.UU., un personaje de color.

La película se mueve desde la irreverente vida del adolescente hacia su preparación para formar parte del servicio secreto Kingsman. Sin embargo, el desarrollo toma un giro hacia su intervención, como externo, en la gesta redentora. A medida que pasa el filme se comienzan a apreciar más escenas de violencia, armas y explosiones. A eso le mezclaron técnicas de dominación tecnológica de la conducta humana...

... y, al final, a muchos les explota la cabeza y les salen fuegos artificiales con forma de hongo nuclear...

Y ganó Kingsman. Eso.

Podría decirse que "Kingsman, el servicio secreto" es una típica película de superación y de violencia. Días después me tope con un capítulo de "Los Simpsons" en el que Homero se encuentra con Mel Gibson y producen una película súper violenta, bajo los consejos de Homero. Si ven Kingsman verán algo parecido a esto...


La verdad, a mí la película me pareció interesante porque mantiene la tensión, pero burda, porque apela a "lo máximo que se pueda ser violento". Es una curiosa dualidad que me hizo pensar que valió la pena pagar por la basura que me mostraron. Raro.

(Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=gUC7izylrKU)

miércoles, 18 de febrero de 2015

Bloody summer



Este verano ha puesto en jaque a la denominada “clase política”. Si hasta hace poco cualquier caso de corrupción era un tema aislado, la arista política del caso Penta no siguió los mismos códigos de protección. Curiosamente puede decirse que la olla se destapó debido a la aversión fanática de algunos en contra de la UDI, más allá de los méritos legales. La TV festinó en una danza de consignas y explicaciones para culpar a responsables e inocentes. Turbio o no, con esta actitud colapsaron un sistema de “amistad cívica” que la misma UDI ayudó a cuidar, con o sin razón, para el caso MOP-GATE.

Lo que hizo este grupo “anti-UDI” fue más allá de ese partido. Destapó la caverna donde vive el “monstruo de la corrupción”. Si antes se supieron tantas cosas, como los falsos exonerados, las facturas falsas y los viajes de concejales, por montos amplios, y pasó poco, hoy la vara es diferente. El monstruo se ve. Es más, tiene nombres. Se piden renuncias. Se sacan trapos y se tratan de ocultar sin disimulo. Se miente al país, y el país lo entiende.

Lo de Dávalos y su esposa es un golpe al corazón del bacheletismo. Es el fin del acuerdo tácito por la paz en Chile y el ingreso a los códigos de odio. Esos códigos que nunca murieron y fueron dialéctica de reuniones comunistas, recuerdos ochenteros, dichos reaccionarios y ansias de ruido de sables. Creo que se traspasó la línea de la convivencia diplomática. Que un señor diga que fue un cuasi terrorista en los ochentas no tiene que ver con su rol en una organización puntual, sino es sólo para provocar distracción en los temas nacionales y dividir para conquistar al elector propio, cuando la opinión pública repudia a todos por igual.

La amplificación del caso Penta y la imagen nefasta del hijo de Bachelet y su nuera son heridas que representan un desafío para los políticos. Soy pesimista en que puedan resolverlos sin poner debajo de la alfombra los errores (delitos). Es que convirtieron la alta política en millones, yates y casas grandes. Conceptos mafiosos, casi narcos, aparecieron en la escena. Y para ser un “Dueño del Paraíso” había que destruir.

Si prevalecen las ideologías volveremos a un escenario setentero. Será imposible de evitar. Porque ellos quisieron ser hombres nuevos, mujeres nuevas, con más, pero fácilmente. Se quisieron llevar el mundo por delante y se les terminó la bonanza.

Por eso ha sido todo un “bloody summer”. Así, dicho en inglés, para estar a tono con sus aspiraciones.

lunes, 9 de febrero de 2015

Hijo de su madre


Era una vez el muchacho,
Que no eligió desmarcarse,
Continuó bajo su madre,
Para poder mostrarse.

Empezó solo como un empleado,
Hizo de mañas su oficio,
Ganó dinero con mandarines,
Sus sueños volvió reales,
Y sus vicios, criminales.

Un día fue nominado,
Para ayudar a las mujeres,
Tenía que servir a los infantes,
Pero muy débil fue él.

Junto con su compañera,
Y llevado por su madre,
Ganó dinero sencillo,
Sin laborar un momento.

De miles, millones, se hizo,
Como un genio de la bolsa,
Pero para cual mago advenedizo,
La treta al final fracasa.

Un timador contratado,
Se sintió asalariado,
Y como no fue bien mimado,
El secreto fue revelado.

Todos eran una mafia,
Careta de la democracia,
Vivieron gratis el exilio,
Y llegaron acá al idilio.

Ojalá que el hijo de la madre,
Que come de nuestros pulmones,
Mañana conozca la afrenta,
De su vida de mentiras.

Mejor hubiese jugado,
Mejor hubiese estudiado,
Pero que en la persecución,
No hubiera sido el ladrón.
Y que la madre, corruptora,
Asuma que lo suyo en nada mejora.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Lo que echo de menos


Hace un mes partí a un viaje largo. Y llegué, con mi familia, a uno de los lugares más calurosos del mundo, centro de turismo caribeño, con todo lo que eso implica. Sin embargo, mis motivaciones fueron la geografía y el clima.

Es que ir a Punta Cana básicamente representa un escape para el turista promedio que va a esos lugares. La mayoría busca arrancar del frío invernal del norte o de la rutina del sur. Lo que promocionan como desenfrenado no se dejó ver en demasía, al menos donde estuve. Las muy agradables playas acumulaban algunos turistas en faena de asolearse, lejos de la fiesta playera del comercial de Kem Piña. Los eventos y recintos estaban estructurados para llenar el tiempo del turista. Por cierto que debió existir lugares de mayor escándalo, pero no los vi.

Lo que yo me traje como impresión de ese lugar fue que la gente lo usa para divertirse, y las agencias y personas locales lo saben. Punta Cana es un lugar sin historias y está dispuesto para el cliente con afán de construir sus comienzos (o recomienzos) nupciales o sus salidas familiares en un ambiente agradable. A la larga encuentran lo que van a buscar: playa, sol, calor, delfines, alcohol, palmeras (plantadas) y amables empleados hoteleros. No se van a quejar porque, tan lejos del hogar, tengan que sacarse los zapatos para subirse a una lancha. Al menos así parecen pensar los guías de turismo que sacan provecho de los atolondrados europeos y norteamericanos, estupefactos ante el novedoso entorno.

¿Lección? A lo mejor a usted le gustará Punta Cana, o le gustó cuando fue. Para mí, la lección es que aunque se gasten x millones en el viaje, lo relevante es la garantía de que se cumplirá lo que uno quiere. Eso tiene su precio, que puede ser más, o mucho más que x. Por eso, infórmese bien.

Sin duda fue significativo haber ido y agradezco la oportunidad, por sobre todo pues ya no me cuentan cuentos, ni me creo historias de otros. Lo que extraño es ir, viajar, moverme, saberme lejos, conocer otros entornos. Saberme lejos de este país que me dio tanto y tan poco, que me despreció cuando yo quise darle. Ahora me daré a mi mismo, para poder influir.