jueves, 14 de noviembre de 2013

Sal y fósforos



Quieren gobernar,
Piden congresistas,
Quieren ganar,
Recorren las pistas,
Buscan el voto,
Para tener sal,
Para tener agua,
Para seguir allí.
Unos se instalarán por primera vez,
Conocerán los bienes del Congreso,
Y negociarán dentro,
Mientras el agua policial,
Moja a los violentos
Y a sus fósforos calientes.
¿Se repetirá la historia?
¿Alguna vez cambiará?
¿O vendrán las barricadas desde los pasillos del Parlamento Nacional?
Serán los traidores comunistas,
O los intolerantes derechistas,
O los funcionarios impagos,
Con las balas pasadas.
El liderazgo precario,
Pregunta y pregunta,
Como  una reina enjaulada que busca salidas,
No obtiene respuestas que le permitan cavar.
¿Un rey? Reyes sin corona o camarlengos conspiradores,
Incendiarán el castillo antes de perderlo,
Como mantenidos de la corte de los nobles exiliados.
La calle puede gobernarse,
Y ahí se acaba el Estado,
Porque el militar que sabe del hambre
Defenderá a su vecino del saqueador,
Pero saqueará si no lo ven.
Excepto aquellos de alta moral,
Quienes cuando ya los camaleones hayan arrancado,
Buscará el orden para el que fue nominado,
Hasta que la gorra se manche,
Y deba tomar partido.
Triste realidad de la anarquía,
Que con la injusticia los políticos quieren evitar.
Un día se les puede escapar,
Entonces verás tú y no ellos lo que no se conocía.
Todos se fueron y nada quedó,
Excepto Dios.