Cuando me veas no me reconocerás,
Cuando me leas te asustarás,
Cuando me sientas te sorprenderás,
Pero cuando lo pienses de vas a acordar.
El cruel destino encarado gana la partida,
las llagas del camino de enduceren,
los talentos se depuran inconscientes,
y las mañas aparecen con los años.
Te educas y nada más importa,
hasta cuando eso de poco importa,
la persona que fuiste años antes,
es la que debe enfrentarse a los bemoles.
Y si fuiste un inhábil cerebrito
inevitablemente vencerás en el laboratorio excelso de la ciencia,
pero si lo tuyo es la conciencia,
no pretendas simplificar a la cabeza.
Cuando me sepas sabrás si me llegaste a valorar.
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