jueves, 30 de agosto de 2012

Electrificados

Esta semana la Corte Suprema impidió el curso de una termoeléctrica en Atacama. La reacción de los políticos fue en la línea de los empresarios energéticos, rechazando de manera amplia y total la nueva "actitud" de la justicia ante las plantas energéticas de alto calibre. ¿De repente la sala correspondiente se volvió una "hippie de mierda"?

Chile debe elegir que camino quiere para su progreso económico futuro. Cuando digo esto me refiero a los sanos equilibrios que deben existir entre los consumidores masivos de una electricidad fundamental, los industriales y el resto de la gente, quienes nos pronunciamos tanto en las elecciones como al momento de comprar. Es perentorio que exista este pronunciamiento social pues, de pronto, nos dijeron por los informativos que la justicia dejó de usar el criterio pro-notables, entendido esto como escuchar a los "destacados emprendedores de nuestro país" y optó por el criterio populista, uno que adhiere a la causa "eco", porque se supone que hay una gran masa que no entiende nada, pero solidariza con los planteos ecologistas. La justicia, la política, la sociedad, no pueden ponerse tan en entredicho. Fue un error estratégico del Gobierno el oponerse al fallo judicial, ya que al querer congraciarse con los empresarios energéticos da cuenta del desorden en materia energética que no pueden corregir y que es legado de la izquierda.

La interconexión con la carretera eléctrica es una forma de justificar el todo vale en la industria. Asumamos que el ecologismo no va a concordar con muchas de las medidas que se tomen, por muy pensadas que estén. Es por esto que generar una situación de aprovisionamiento energético ordenado y legítimo parece razonable. A lo mejor es tarea de los Gobiernos justificar el uso de tecnologías de generación y distribución de energía con beneficios o compensaciones anticipados a las personas, difundidos como tales. Si no, puede que se venga una "guerra de la tierra" muy dura.

De alguna forma, como personas, no nos oscurezcamos.


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